La Barcelona Romana.
Un circuito histórico.

Cuando paseamos por Barcelona haciendo turismo solemos centrarnos en los monumentos del período modernista (Sagrada Familia, Pedrera, Parc Güell), o de los monumentos de la Barcelona medieval (Catedral, Plaça del Rei), algunos de ellos popularizados por libros de éxito como Santa Maria del Mar (La Catedral del Mar).
Pero Barcelona tiene otras cosas que ver para conocer su historia. Antes de ser una importante ciudad medieval, Barcelona había sido una ciudad romana. En esa época ni siquiera se llamaba Barcelona sino Barcino (o mejor dicho Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino). Barcino fue fundada entre los años 15 y 13 a.C. por orden del emperador Augusto, el primer emperador del Imperio Romano, sobrino nieto de Julio César. Augusto estuvo en la Península Ibérica durante esa época haciendo la guerra a las tribus del norte de España, los únicos que se le resistían para poder conquistar toda la Península, y las pasó canutas. Cuando terminó la guerra decidió fundar la colonia de Barcino (entre otras fundaciones) para darles tierras a los veteranos de las tropas que habían luchado en dicha guerra.
Aún podemos ver esa influencia romana en el propio trazado de las calles del centro histórico de la ciudad. Los romanos, que eran muy ordenados, solían crear las ciudades siguiendo lo que llamaban un trazado hipodámico, o lo que es lo mismo construían la ciudad a partir de dos calles principales perpendiculares que se cruzaban en un punto central, donde se establecía el centro de la ciudad (el foro). El centro de la Barcino romana se situaba aproximadamente en lo que actualmente es la Plaça Sant Jaume, donde actualmente están el Palau de la Generalitat y el Ayuntamiento. Como podemos ver, las cosas no han cambiado demasiado en estos más de 2000 años, y el centro de poder de la ciudad sigue estando en el mismo sitio.
Visita a las murallas romanas de Barcelona
Barcelona, o Barcino, contaba con una muralla que rodeaba toda la ciudad. Dicha muralla romana fue derruida en el siglo XIX cuando la ciudad estaba creciendo debido a la industrialización. Pero aún quedan algunos restos de la muralla que se pueden visitar, algunos se pueden ver a simple vista, pero otros están un poco más ocultos o son más difíciles de identificar. Para poder visitar todos estos restos de la muralla os proponemos un recorrido circular al antiguo perímetro de la muralla visitando los restos que quedan visibles. Comenzaremos este recorrido en la Plaça Nova, la plaza donde está ubicada la catedral de Barcelona.
- Plaça Nova
Los restos de muralla que se conservan en la Plaça Nova son sin dudas los más conocidos. Millones de turistas visitan esta ubicación cada año y atraviesan los restos de la muralla para subir por el carrer del Bisbe hasta la Plaça Sant Jaume, uno de los paseos más transitados, y bonitos, de la ciudad.

En esta plaza, a la derecha de la catedral, se conservan cuatro torres de lo que fue la muralla. Dos de las torres (las de la izquierda) son cuadradas y están integradas en lo que actualmente es la casa del arcediano (sí, el edificio rosa). Las otras dos torres, las de la derecha, que se conservan son redondas.
¿Por qué esa diferencia en la forma de las torres? Muy sencillo, las murallas de Barcelona estaban compuestas por 76 torres, 66 cuadradas y 10 redondas. Las torres redondas correspondían a aquellas que estaban a cada lado de las puertas de entrada, así como las torres donde la muralla hacía una esquina. En el caso de la Plaça Nova, las dos torres de la derecha son las torres que flanqueaban la entrada norte a la ciudad (la conocida como Porta Praetoria).
Si recuerdas lo que hemos explicado antes, la ciudad estaba construida a partir de dos líneas que se cruzaban en el foro. Las puertas de la ciudad de Barcelona correspondían a los puntos en que esas dos calles se cruzaban con la muralla, con lo que Barcino tenía 4 puertas de entrada, una en cada punto cardinal. Por tanto, desde cada puerta de entrada se podía llegar al foro de la ciudad en línea recta. Por desgracia, actualmente sólo se conserva esta puerta de la Plaça Nova (y un resto de otra de las puertas, como verás luego).
Una curiosidad respecto a esta puerta de entrada a la ciudad es que, actualmente, se puede ver un trozo de acueducto (un arco) que se incrusta en la tercera de las torres. Este arco no corresponde al acueducto original de la ciudad, sino que se trata de una reconstrucción de parte de dicho acueducto que se hizo en 1958!! Eso sí, el acueducto original entraba en la ciudad por el mismo sitio que esta réplica.
- Plaça Ramon Berenguer
Nuestro recorrido por las murallas romanas lo haremos en el sentido de las agujas del reloj aunque, evidentemente, lo puedes hacer en el sentido contrario si así lo prefieres.
En nuestro caso iremos ahora, cruzando toda la plaza de la catedral, hasta la Vía Laietana, que marca, más o menos, el límite de la ciudad romana de Barcino. Si giramos a la derecha por dicha calle y bajamos, acabaremos llegando a la Plaça de Ramon Berenguer. Identificarás rápidamente esta plaza, ya que es donde está ubicada la estatua ecuestre de este ilustre conde de Barcelona, así como la parte trasera del Palau Rial y la Iglesia de Santa Águeda.
Para entender quién fue y por qué es tan importante este personaje (al que se conoce como el Grande) y por qué se le ha puesto su nombre a una plaza baste apuntar que, entre otras muchas cosas, su hijo Ramon Berenguer IV, se casó con Petronila de Aragón, con lo que se produjo la unión del Reino de Aragón con el Condado de Barcelona creándose la Corona de Aragón. Como curiosidad Ramon Berenguer III se casó con una hija de El Cid (aunque no fue la madre de Ramon Berenguer IV, ya que ésta murió muy joven).

Aunque al ver esta plaza lo primero que pensamos es que estamos viendo un conjunto medieval, lo cierto es que parte de estos edificios están construidos aprovechando la muralla romana. Esto lo podemos ver en las torres cuadradas sobre las que se asienta parte del edificio, que si has venido de la plaza de la catedral, te darás cuenta que son muy similares a las torres cuadradas que había en dicha plaza. El aprovechamiento de los restos romanos para construcciones posteriores es muy habitual como verás más adelante. ¿Por qué construir un nuevo muro si hay uno disponible?
Verás que en algunas partes de la muralla hay zonas de ladrillo rojo que contrastan con la piedra de la muralla. Esta parte de ladrillo es una reconstrucción de zonas derruidas de la muralla, y se utiliza el ladrillo rojo para que se diferencie bien la zona original de la zona reconstruida.
- Carrer de Sots Tinent Navarro
Siguiendo este trozo de muralla por el Carrer de la Tapinería llegaremos a la Plaça de l’Àngel, donde está el metro de Jaume I. Aquí debería estar otra de las puertas de la ciudad, pero actualmente no quedan restos de la misma. Atravesando la plaza seguiremos bajando por el Carrer del Sots-Tinent Navarro, paralelo a la Via Laietana.
Aquí se encuentra la fachada trasera del Palau Requesens, pero ahora que ya has visto otras partes de la muralla estoy seguro de que serás capaz de detectar que este palacio utiliza también partes de la muralla en su construcción, en concreto tres torres, así como los trozos de muro entre las torres. Como puedes ver, la torre de más a la izquierda, de ladrillo rojo, es una reconstrucción de la torre original sobre los escasos restos que quedan de la misma. Si seguimos un poco más adelante, veremos que también quedan restos de las bases de otras dos torres más.

Nos cruzaremos con una calle que baja, conocida como Carrer Baixada de Caçador. Pasada esa calle vemos dos torres más. Esta parte de la muralla es muy interesante. Si te fijas verás que estas torres y sus muros tienen ventanas. Lo cierto es que esta parte de la muralla había quedado integrada en los edificios que se construyeron aquí. De hecho, si te fijas, delante de la muralla hay actualmente un parque. Este parque estaba antiguamente ocupado por otros edficios, que fueron derruidos para dejar a la vista la muralla. Durante mucho tiempo este trozo de la muralla quedó oculto por las construcciones que se hicieron encima. ¿Te imaginas vivir en una casa que tiene por pared un trozo de la muralla romana? Debía ser complicado hacer agujeros para colgar un cuadro.
Ahora fíjate en el final de este trozo de muralla. Verás que hay una especie de arco inacabado que desaparece en el edificio de al lado. En efecto, aún quedan trozos de muralla por descubrir en esta zona. Está previsto seguir con el trabajo de derribo de edificios para mostrar más partes de la misma.
- Plaça dels Traginers
Seguimos nuestro camino hacia abajo por la misma calle y giraremos a la derecha por la siguiente calle (Carrer del Pom d’Or), una calle muy estrecha que va a parar a una plaza bastante oculta y no demasiado conocida, la Plaça de Traginers. Aquí terminaba esa sección de muro que hemos visto a lo largo del Carrer del Sots-Tinent Navarro. Si te acuerdas, anteriormente he comentado que se utilizaban torres circulares en las esquinas de la muralla. Pues bien, esto es lo que tenemos precisamente aquí, la base de la torre circular que hacía de esquina de la muralla de la ciudad. Aquí la muralla hacia un giro para dirigirse hacia la puerta Sur de la ciudad (en realidad Sureste, ya que las calles no siguen una orientación Norte-Sur/Este-Oeste).

Como hemos visto en otras zonas de la muralla, esta sección de la muralla se ha conservado porque se construyó una casa encima, durante la edad media, utilizando la muralla como cimientos. Esta casa fue posteriormente derruida y nos ha quedado este oculto trozo de la muralla, no excesivamente conocido.
- Carrer del Correu Vell
Dejamos la Plaça de Traginers y continuamos por el Carrer del Correu Vell, una calle muy estrecha. A mitad de la calle hay un pequeño pasaje a la derecha, muy estrecho, que nos lleva a una pequeña plaza. Creeme si te digo que este espectacular lugar es prácticamente desconocido para la mayoría de la gente, incluso los que hemos vivido toda la vida en esta ciudad.
Aquí podemos ver la parte trasera de lo que fue el antiguo Palau dels Marc, y actualmente es el Centro Cívicio Pati Llimona. De nuevo podrás ver las típicas torres cuadradas con las que ya estarás bastante familiarizado, así como el trozo de muralla que había entre ambas torres, sobre el que se ha construido el resto del muro del palacio.
- Carrer Regomir.
Volvemos de nuevo a salir al Carrer del Correu Vell y seguimos adelante hasta llegar al Carrer de Regomir. Esta calle sigue el trazado de una de las calles romanas que atravesaban la ciudad de extremo a extremo. Si siguieses esta calle (luego cambia de nombre a Carrer de la Ciutat), llegarías a la Plaça Sant Jaume (ahora ya sabes que ahí estaba el centro de la ciudad romana, el foro), y si continuases subiendo llegarías a la puerta donde hemos comenzado nuestro recorrido, en la Plaça de la Catedral. Pero no adelantemos acontecimientos.
Como habrás podido intuir, en esta calle se encontraba otra de las entradas a la ciudad, a la que se conoce popularmente como Porta de Mar, ya que era la que estaba más cercana a la costa.

Subiendo por el Carrer de Regomir llegaremos a un punto con una esquina en la que vemos un pequeño arco. Estos son los restos que quedan de esa antigua Porta de Mar. De hecho el pequeño arco que vemos corresponde al paso peatonal de dicha puerta. Las puertas de Barcino tenían tres entradas, una central más grande para carruajes y animales, y dos laterales para peatones.
No, no es que los romanos fuesen más bajitos y por eso hiciesen una puerta pequeña. Lo que ocurre es que se ha ido edificando sobre los niveles inferiores y el nivel del suelo actual ha quedado más elevado que el original romano.
Junto a esta puerta se encontraban unas de las termas de la ciudad, de las que quedan algunos restos, como explicaremos en otra entrada.
Unos metros más adelante hay una calle muy estrecha a la derecha que nos lleva al conocido como Pati d’en Llimona. Se trata del mismo centro cívico Pati Llimona del que hemos visto antes su fachada posterior. El centro cívico conserva restos de la muralla más antigua de la ciudad que se pueden visitar.
- Carrer Avinyo (Número 19)
A partir de aquí, los restos de muralla no son tan visibles, ya que la antigua muralla recorre un espacio que actualmente está edificado, aún así hay algunos restos que te sorprenderán.
Tras llegar a la Plaça del Regomir, giramos a la izquierda por el Carrer de Calella (luego Carrer de la Comtessa de Sobradiel) hasta la calle Avinyó. Posiblemente el nombre de esta calle te sonará al cuadro de Picasso, “Las Señoritas de Aviñón”. La historia dice que este nombre hace referencia a un prostíbulo que estaba situado en esta calle y que Picasso debía conocer bien, pues vivió unos nueve años en esta ciudad.
En el número 19 de esta calle se encuentra la Associació Excursionista d’Etnografia i Folklore (AEEF) que conserva en su interior otro resto de la muralla, que se puede visitar mediante una reserva previa.
- Carrer del Call
Mas adelante, justo cuando el Carrer d’Avinyó cambia de nombre y pasa a llamarse Carrer de Banys Nous encontramos el Carrer del Call a la derecha.
El nombre de esta calle hace referencia al barrio judío de la Barcelona medieval (conocido precisamente por ese nombre “Call”). Si te fijas algunas calles de esa zona tienen nombres que hacen referencia a ese pasado medieval, como el Carrer de l’Arc de Sant Ramon del Call o el Carrer de Salomó ben Adret.
En esa calle podemos ver un trozo de la muralla (parte de una torre) y parte del foso en el interior de una tienda de bisutería y complementos Woman’s Store (aunque los comercios cambian rápidamente en esta zona).
Más adelante en esa misma calle vemos como la apertura del Carrer del Call cortó la muralla, y podemos ver una sección transversal de la misma, encima de la joyería Fills M. Sala. Esta visión de la muralla nos ayudará a entender cómo se construyeron e integraron los edificios de la zona a ambos lados de la muralla, utilizándola como muros medianeros de muchos edificios de la zona.

- Carrer de Banys Nous (La Granja)
¿Y qué te parece la idea de tomarte una buena taza de chocolate con churros sentado en una mesa junto a la muralla? Pues eso es exactamente lo que puedes hacer en La Granja, una antigua vaquería convertida en cafetería en 1872 y que cuenta con una pared interior que es directamente la muralla romana.
Este local se encuentra en el Carrer de Banys Nous, que es la continuación del Carrer d’Avinyó, poco metros más adelante del cruce con el Carrer del Call, de forma que lo que vemos dentro del local es exactamente el trozo de muralla que continúa pocos metros más adelante el trozo de muralla cortado que hemos visto en el Carrer del Call. De nuevo esto nos sirve para darnos cuenta de cómo muchas partes de la muralla siguen ahí, formando parte de las paredes de los edificios situados en las calles Avinyó y Banys Nous.
- Carrer de la Palla
Finalmente, ya cerca del final del recorrido, si seguimos el Carrer de Banys Nous, este se acaba convirtiendo en el Carrer de la Palla, donde vemos otros restos más de la muralla. Estamos ya muy cerca del punto de partida en la Plaça Nova. El trozo de muralla y las torres que vemos aquí son justamente los que se encuentran a continuación de la torre de entrada a la ciudad (la torre de la derecha) que veíamos en esa plaza, con lo que cerramos todo el círculo y terminamos nuestro recorrido.
Esperamos que os haya gustado y lo disfrutéis tanto como nosotros!!